Y es que la situación que vemos en ese momento es simplemente asombrosa. La llegada del grupo y el paso por el lugar donde se encontraba el hombre, da como resultado una situación inesperada. Uno de los gorilas jóvenes se para para interactuar con el sujeto. Le toca, lo mira… hasta que vemos como la figura jerárquica del gorila jefe lo intenta separar de él con la mano, como cansado de la situación.
Al ver que el gorila joven vuelve a la carga por detrás para estar con el hombre, el gorila jefe (o padre) decide hacer un alto en el camino para que todo ocurra con normalidad. Se sienta, espera pacientemente un rato y luego vuelve a emprender el camino arrastrando al resto. Una escena increíble la vivida hace unos pocos días.
El gorila con el que se encuentran los exploradores es el Gorila de Montaña (Gorilla beringei beringei), una de las dos subespecies de gorila oriental. Una familia de la que sólo quedan dos poblaciones en libertad. Una de ellas se encuentra en las montañas Virunga, en África Central. La otra en la selva de Biwindi, en Uganda y de donde pertenecen las imágenes.
El asombroso Parque Nacional de Bwindi que vemos en las escenas es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1994. Un parque de más de 32.000 hectáreas donde sólo es posible ir a pie.
En su interior destacan una gran cantidad de especies de aves junto a unos trescientos Gorilas de Montaña, casi la mitad de la población mundial de esta especie en peligro de extinción (se calcula que restan unos 700 en total). De ahí que las imágenes que acabamos de ver tengan un valor aún mayor.
Fuente: alt1040.com
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